top of page
Buscar
gabrielib

Martin Varsavsky: "Ser judío y ser de izquierdas se ha convertido en una contradicción"


Martín Varsavsky, junto a Yael Zamir, ginecóloga y emprendedora israelí - Foto cedida

Martin Varsavsky (1960) es éxito y carisma. Hecho en Buenos Aires, forjado en Estados Unidos y establecido en Madrid, este emprendedor ha creado múltiples empresas importantes en el panorama capitalista mundial, como Jazztel o Eolia. Ahora ha viajado a Israel en plena guerra, con dos misiones honestas: ayudar, e informarse para informar. En el vestíbulo del hotel donde se hospeda, en su primer día aquí, charlamos de varios temas candentes.


Gabriel: ¿Cómo están siendo estos primeros momentos en Israel? ¿Qué sensaciones tienes?


Martin: Es la quinta vez que vengo a Israel, pero la primera vez que vengo en un momento tan difícil para el país. Israel tiene en estos momentos no solo la guerra con Hamás: también ha tenido un 2023 difícil. Israel, después del desastre del Holocausto, es un milagro que exista como país. Además, pese a todos sus problemas, que le vaya tan bien. En general, sus ciudadanos viven igual o mejor que los ciudadanos europeos. Pero, al mismo tiempo, tienen una serie de problemas de nacimiento.


Este país nació sin una constitución. Y eso creó problemas enormes entre los diferentes poderes, ejecutivo, judicial y legislativo. Tiene problemas de integración. Tiene grupos como los ortodoxos, que son los que más hijos tienen, pero no contribuyen a la economía ni a la defensa del país. Y cada vez son más. Tiene problemas con sus vecinos. Tiene problemas entre judíos, y además entre árabes y judíos. Y además, entre los iraníes que no son árabes pero son chiítas, que crea una serie de conflictos existenciales que tiene este país.


¿Cómo hacer que su economía funcione? ¿Cómo llevarse bien con los vecinos? ¿Cómo llevarse mejor con Irán, que es el gran enemigo de Israel, que está apoyado por Rusia y China? El momento geopolítico de Estados Unidos y Europa contra Rusia, China e Irán, la guerra de Ucrania, la colaboración con Ucrania... Claramente estamos en un momento fascinante para la historia de la humanidad. Aunque también es un momento peligroso y preocupante.


¿Qué viniste a hacer a Israel? ¿Qué harás los próximos días?


Voy a estar una semana, y vine porque, de España, soy quizás el judío que más da la cara sobre lo que pasa con Israel. Y sentía que tenía que estar mejor informado. Es muy difícil hablar sin conocer bien lo que está pasando. Entonces, me voy a reunir con mucha gente clave. Con el presidente, Isaac Herzog, con el jefe de la oposición, Yair Lapid; con Benny Gantz... con todos los líderes del espectro político israelí. Tengo diferentes reuniones, y voy a enterarme más, para estar más informado. Anoche cené con Gigi Levy-Weiss, capitalista de riesgo y creador de empresas.


Lo hago por mí, y para poder comunicar mejor lo que pasa aquí. Soy emprendedor y creo empresas, así que mi ayuda hacia Israel no se basa en lo militar, sino en la creación de empresas. Ese es mi especialidad. Y este país es famoso por su capacidad de crear empresas.


La clave está en cómo hacer que la economía civil funcione durante la guerra, y cómo hacer que Israel pueda tener una economía civil. Las guerras se ganan desde la economía civil. Estados Unidos ganó la Segunda Guerra Mundial por su capacidad de producción, así como su capacidad de combatir.


La economía civil israelí incluye a dos millones de árabes israelíes, que están muy metidos en la economía, que no tienen ningún interés de irse a vivir a Cisjordania o a Gaza, y que contribuyen a la economía israelí. También me voy a reunir con árabes israelíes. Mi enfoque se dirige a la economía civil.



Justo estamos en un país que tiene una muy buena industria capitalista, pero también tiene los kibbutzim, un sistema comunitario muy importante. ¿Qué tan compatibles son?


Creo que el capitalismo que mejor funciona en el mundo es un capitalismo combinado con un estado del bienestar. Si el estado del bienestar se hace demasiado grande, ahí la capacidad productiva entra en peligro. Pero si no hay nada de estado de bienestar, el capitalismo termina resultando un sistema que beneficia a muy poca gente. Y la magia es la combinación de ambos.


Estados Unidos representa el capitalismo, pero al mismo tiempo, a la gente que vive en California o Nueva York le va bien destinar a los impuestos la mitad de lo que gana. En España me pasa más o menos lo mismo. Pago el 47% de lo que gano en impuestos. Y creo que al final, para que le vaya bien a un país, le tiene que ir bien a la mayoría o a casi todos.


Lo que pasa es que si uno pone demasiado estado del bienestar, eso lleva a la vagancia, y lleva a la destrucción del sistema capitalista. Que es lo que ocurrió en Argentina. Ahí, a la gente se le paga por no hacer nada. Y el país se hunde en la hiperinflación. Hay que encontrar un punto medio. E Israel lo encontró. Pero es un punto medio muy curioso.


Israel tiene mucha gente también que no hace nada, que son los judíos ortodoxos. Los ñoquis, como se dice en Argentina. Unos ñoquis curiosos, porque se dedican a temas religiosos. Uno podría decir que eso es un trabajo, pero creo que la mayoría de la gente no cree eso. Y ahora se está viendo cómo integrar a esta gente. Entonces, el concepto de los kibbutzim es muy diferente al de los religiosos ortodoxos. Porque los kibbutzim son unidades de trabajo colectivista.


Y los judíos religiosos no producen productos exportables o que contribuyen a la economía. Solo reciben del estado del bienestar. A mí me parece que Israel ha logrado mucho éxito porque muy poca gente israelí tiene un enorme éxito. Y esa poca gente son los que mueven la economía. Especialmente, la economía de la tecnología, que es en la que yo estoy metido.


Hablemos del 7 de octubre. ¿Cómo lo viviste en tu casa?


Fue un shock. Como siempre, los judíos tenemos ideas diferentes. Yo tenía una disputa con la comunidad judía de Madrid ortodoxa. Porque se llama Comunidad Judía de Madrid, pero realmente es una comunidad ortodoxa. Y rechazaron a mi esposa y a mi hija como judías.


Entonces, tenía una disputa con ellos y formé un nuevo grupo, que se llama Encuentro Judío. Y estábamos bastante divididos. Pero cuando pasa algo como lo del 7 de octubre, todos los judíos nos unimos. No sé si la Comunidad Judía de Madrid ya está lista para aceptar a mi esposa y su conversión conservadora. Suena increíble, pero con los 15 millones de judíos que somos en el mundo, todavía hay judíos en el mundo que quieren ser menos. Es una pena.


Yo tengo una visión más inclusiva, parecida a la del Estado de Israel. Israel tiene la idea del retorno: si uno tiene un padre o una madre judía, puede venir a Israel. Pero para los judíos ortodoxos, hay que tener sí o sí una madre judía. Algo que es muy restrictivo, y que causa muchos problemas a nivel de la cantidad de judíos que podría haber. Cuando Hamás asesina o cuando los antisemitas nos acusan, no les importa si uno tiene un padre o una madre judía.


El 7 de octubre se produjo una unión entre todos los judíos. Se produjo un interés enorme por la supervivencia de los judíos. Porque salieron antisemitas por todos lados. Fue un shock para los judíos, por ver que en Harvard, en Columbia, donde yo estudié, en los lugares más adorados por los judíos, salieron a decir que los judíos se lo merecían, que Hamás violara a las mujeres, que mataran a los bebés.


Los judíos terminamos en un estado absoluto de shock. Y así diría que estamos todos ahora. Sorprendidos por el antisemitismo que brotó en todo el mundo tras el 7 de octubre. Una gran excepción es Argentina. Yo estuve ahí ahora bastante tiempo, donde compré un campo en Mendoza. Estuve en Mendoza y en Buenos Aires con la gente.


Ahora, Argentina es un paraíso para los judíos. Primero, porque tiene un presidente que se quiere convertir al judaísmo, y eso ahí a nadie le parece mal. Y segundo, Argentina es casi el único lugar del mundo en el cual los judíos que vinieron desde Europa en el siglo XIX nunca tuvieron ni un problema.


Eso es insólito. Los judíos en Israel, sin duda, tuvieron problemas. En Europa éramos 10 millones y ahora somos quizás un millón. Hubo un Holocausto. Muchos judíos emigraron por el antisemitismo, por la dificultad de ser judío hoy en países como Francia. Y en Argentina, los judíos ortodoxos van vestidos como tal. Pues bien, a nadie le importa.


Lo mejor que nos puede pasar no es que la gente nos considere muy especiales. Lo mejor es que no nos consideren nada. Que ni nos amen ni nos odien. Que no les representemos nada. Que digan que somos cualquiera, como todos los demás. Eso nos ayudaría muchísimo. Y es lo que ocurre en Argentina. Están los católicos, los evangélicos y los judíos. Para la gente argentina, los judíos somos una especie de cristianos que vienen antes de Jesús.


Escribiste que, a raíz del 7 de octubre, te hiciste de derechas. ¿Qué te considerabas antes de esa fecha?


Viví 20 años en Estados Unidos. Y mi visión política viene muy influenciada de ahí. También de España. Y también de Argentina. Pero mucho de Estados Unidos. Ahí yo era un miembro del Partido Demócrata. Doné bastante dinero. Estuve en el congreso de la Fundación de Bill Clinton, y era un demócrata.


Cuando escribí ese artículo en inglés, dije que yo ya no era más demócrata. No es que ahora sea republicano. Soy independiente. Abandoné el partido demócrata, porque me parece que tiene demasiada gente que odia a los judíos.


No es el caso de Joe Biden, y Kamala Harris está casada con un judío. Pero mi sensación es que antes, los judíos nos apoyábamos en la izquierda. Y el nacimiento de Israel venía de la izquierda, de los sectores progresistas. Pero ahora, los sectores progresistas están tan en contra de nosotros, que ser judío y de izquierda se ha convertido en una contradicción.


"Todos los judíos somos sionistas. Los palestinos y la izquierda han manipulado el concepto del sionismo"

¿Qué le dirías a los judíos que aún se consideran de izquierdas o que aún se quieren considerar como tal? ¿Hay solución?


Un judío puede ser de izquierdas en Israel. Pero cuando Pedro Sánchez recibe una felicitación de Hamás, y el gobierno israelí denuncia a Sánchez, es muy difícil colaborar con el PSOE. Porque el PSOE tiene esta idea del sionismo. Están totalmente confundidos. Todos los judíos somos sionistas.


El sionismo es un concepto de orgullo para los judíos, pero ha sido manipulado por los palestinos y por la izquierda. Sionismo solo significa que uno está a favor de la existencia del Estado de Israel. Que me muestren un judío que no está a favor de su existencia. La izquierda dice que le gustan los judíos, pero no los sionistas. Eso es como decir que a mí me gustan las madres, pero no las que tienen hijos. ¿Quiénes son las madres que no tienen hijos?


Dentro de Israel, ¿en qué corriente o ideología política te sitúas?


Es complicado. Benjamin Netanyahu no me convence. Lo apoyo porque creo que es lo que hay que hacer en este momento, pero lleva demasiados años y ha tenido problemas de corrupción. Algo entre Benny Gantz y Yair Lapid es donde me veo.


Naftali Bennett, que fue primer ministro, proviene del mundo de la tecnología, al igual que yo, y comprende la creación de valor. No soy un ideólogo. En todo veo pros y contras, y en algunas personas más pros que contras. No estoy de acuerdo con los ortodoxos ni los ultraortodoxos, ni con la ultraizquierda. Me sitúo en el centro, con alguien como Gantz.


¿Hay algún político de izquierdas en el mundo que te parezca que tiene buenas ideas?


Me parece que muchos de ellos tienen muy buenas ideas en otros temas. Pero no con el judaísmo. Es complicado, pero como dije, el mejor mundo es un mundo en el que se combina un estado de bienestar con un capitalismo ferviente, que funcione y que incentive la creación de empresas. Y me parece que los progresistas ahora están en la derecha.


Cuando yo veo a una mujer como Isabel Díaz Ayuso y veo cómo le va a Madrid... Madrid es progresista. Madrid deja que funcione Cabify, Uber, las nuevas tendencias. Pero Barcelona, con la gente que tiene, como Ada Colau y compañía, son regresistas.


Quieren un mundo que ya no existe. Quieren un mundo que nunca va a existir. A Barcelona, que era una joya, la están hundiendo con políticas totalmente equivocadas. Así que el progreso ahora está en la derecha. Es una paradoja. Si uno quiere ser progresista, tiene que estar con Ayuso y no con Colau.


En España, Ayuso tiene muchos seguidores. Pero también muchos detractores, que le reprochan cosas como su gestión de la pandemia.


En la pandemia, lo hicieron lo mejor posible. Todas las grandes urbes fueron golpeadas muy fuertemente por la pandemia. Yo soy paciente de la sanidad pública de Madrid. Yo me atiendo por la sanidad pública de Madrid, y también la privada. En un tema médico bastante serio que tuve, un golpe de calor con el que casi me muero, el trato que tuve en la sanidad pública fue increíblemente bueno.


La sanidad de Madrid es muy buena. Yo creo que la izquierda ya no sabe cómo atacar a Ayuso. Me parece que su gestión es muy buena. Siempre puede ser mejor: como todo en la vida, nada es perfecto. Y yo no soy fanático de nadie. Pero me parece que dentro de todo, es bastante buena.


Y me parece que España necesitaría un liderazgo más como el del PP que como el del PSOE, que tranza para gobernar con un montón de gente que ni siquiera quiere que exista España. Me parece que España es un gran país, y que se merece algo mejor.


Ayuso apunta a dirigir el PP, y en ese caso optaría a gobernar España.


Ahora, Feijóo dirige el PP, y Feijóo es el candidato. Y también me parece bien. Yo lo voté. Y Pablo Casado me parece que también hacía muy buen trabajo. Así que en España apoyo al PP. Y, en Argentina, a Javier Milei. Porque es una persona que trae esperanza. Tiene un carácter muy peculiar, pero Argentina es un país muy peculiar.


El estilo Milei no funcionaría para nada en otros países, pero justamente él ha capturado el ethos del argentino. Y sabe representar esos símbolos que le gustan a los argentinos. Argentina es un país original, diferente, curioso. Y Milei trajo un sistema muy nuevo, basado en el libre mercado, el capitalismo... En el caso de Argentina está muy bien hacer un giro a la derecha, porque ya había demasiada vagancia.


Me gusta preguntar a la gente cuál cree que es la solución para el conflicto entre Israel y el mundo árabe. ¿Cuál es la tuya?


Yo veo una solución, que es la misma que vio Bill Clinton en su época, cuando yo estaba en el directorio de su Fundación. Es la solución de los dos estados. Muchos judíos piensan que es imposible, porque "nunca vamos a poder confiar en los palestinos". Y muchos palestinos piensan que los judíos tienen que ser exterminados, del río al mar, from the river to the sea. Esos son los dos extremos. Los que dicen "es todo Israel" y los que dicen "es todo Palestina".


Pero la verdad es que ya existen dos estados. Bueno, ahora mismo tres. Existen Gaza, Cisjordania e Israel. En 2005 ya se vivió una semi solución de tres estados. Con la diferencia de que Israel no hacía nada en Gaza entonces, no estaba en la Franja. En Cisjordania sí está, porque tiene todos los asentamientos. Controla más Cisjordania que Gaza.


El problema ahora es que los israelíes ven que les fue mejor con Cisjordania que con Gaza. Entonces, los israelíes sienten que tienen que intervenir. Porque si no intervienen, de repente [Hamás] vienen y les matan 1.200 personas. Les toman rehenes. Violan a las mujeres, matan a los bebés. El ejemplo de Gaza fue terrible para la independencia del pueblo palestino. Porque Israel hizo un experimento con Gaza. Se fue a la fuerza, en 2005, y el experimento salió de forma horrible.


La solución de los dos estados está más en peligro, ya que cada vez que Israel intenta otorgar libertad y un estado a los palestinos, termina como terminó. No obstante, sigo creyendo que la única solución es la de los dos estados. Espero que se pueda llevar a cabo. Para eso, algunos colonos tendrán que abandonar Cisjordania, porque de lo contrario nunca habrá un estado. Sería como un estado colonizado.


Estoy en contra del movimiento colono, porque creo que ya no se puede llegar a la paz con él, y este país necesita paz. La paz se logrará el día que los palestinos tengan su país y los israelíes el suyo. Sin embargo, el país de los palestinos debería ser algo similar a los Emiratos Árabes Unidos o a Dubai. No como Gaza.


"La esperanza de Medio Oriente está en que los iraníes se rebelen ante su gobierno"

Sí, tiene todo el potencial... ¿Y se resolverá este conflicto? ¿Cómo augura la guerra un emprendedor como tú?


Aquí hay dos problemas. Uno es el conflicto entre Israel y los palestinos, pero otro muy serio es Irán. Irán, en mi opinión, son los genios del mal. Son muy buenos en ser malos, y han logrado obtener un poder enorme en la región. Controlan Siria, Irak y la mitad de Yemen, además de su propio país, en contra de una población que les odia. La población de Irán odia a ese gobierno. Es increíble que sigan en el poder, con su maltrato a las mujeres y a los homosexuales.


La esperanza del mundo con respecto al gobierno de Irán está depositada en los propios iraníes. Que se revelen contra su propio gobierno. Si eso llegara a pasar, sería increíble para todo Medio Oriente. Los iraníes son gente muy capaz. Si Irán se encamina hacia la democracia, sería el cambio más increíble para la humanidad. Ahí está la esperanza, en ayudar a la resistencia iraní a que se rebele contra el gobierno.


A nivel personal, ¿cuáles son tus propósitos para 2024?


Estoy aquí y quiero ayudar en lo que pueda. Pero mi vida realmente es la vida de un emprendedor. En mi trabajo, hemos logrado ayudar a 150.000 familias en Norteamérica a tener bebés. Estoy en el mundo de la fertilidad: mi trabajo principal es ayudar a las familias a tener bebés. Eso es lo que hago, y lo que quiero seguir haciendo. Porque sin bebés no tenemos humanidad ni futuro.


Estamos en buenas manos, ¿no? ¿Va a crecer la población?


Por lo menos, nosotros haremos lo posible.

Comments


bottom of page