Tan compleja y tan longeva. Pero a la vez tan académica y tangible. La guerra entre Israel y el mundo árabe, hoy con Hamas como protagonista, no es tan difícil de entender. A mí me bastó con venir a tocar el terreno. Me bastó con pasar unos días en un apartamento con un vecino peculiar.
Llegué hace un par de semanas al corazón de Nachlaot. Un piso precioso, tradicional, pero con un lunar. Un vecino al que poco a poco fui conociendo. Primero empezó con la música. Yo nunca seré un vecino complicado: si tocas bien el piano incluso te estaré agradecido. Pero este tipo empezó a poner un tecno demoníaco y fuerte, y ahí empecé a comprender la guerra.
Luego fue la puerta del bloque de pisos. Resulta que él vive en un piso que está inmediatamente al lado de la puerta principal. Y pasa que esa puerta necesita un buen empujón para que quede bien cerrada. Un día hice eso, y al parecer lo hice con tanta fuerza que su piso tembló. Inmediatamente salió a comentarme amablemente eso, y tomé nota.
Sin embargo, ese mismo día recibí una llamada de la mujer que me estaba arrendando el piso. Con un tono amable, pero un mensaje inesperado. Me dijo que este vecino la había llamado para quejarse. Primero, por lo de la puerta. Cosa que me pareció extraña, ya que con avisarme a mí ya debía ser suficiente. Pero luego, la mujer me dijo que el vecino le dijo que yo estaba haciendo fiestas, ya que había visto gente entrar y botellas de cerveza.
Ella ya se esperaba que sería mentira. En todo caso, ahí comprendí aún más la guerra. Comprendí que unos son complicados pero los otros también. Unos tiran una piedra y los otros dos. Unos tiran dos piedras y los otros una roca. Unos tiran una roca y los otros un gas lacrimógeno. Unos tiran un gas lacrimógeno y los otros un cóctel molotov. Unos tiran un cóctel molotov y los otros un misil.
Unos inventan y los otros exageran.
Unos tienen bondad y los otros también. Hay muchos árabes que te ofrecerán café cuando entres a su casa, y muchos judíos te ofreceremos te cuando entres a la nuestra. Pero también hay árabes que son malos vecinos, y judíos que también. Si yo hubiera respondido y hubiera subido el volumen de mi música, habría empezado la guerra. Podría haber pasado, porque la venganza forma parte de la naturaleza humana. La guerra no es tan difícil de entender.
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