Me da rabia que la que considere como mi película preferida de 2020 sea una que se estrenó en Netflix y no en la gran pantalla. Como enamorado de todo lo clásico que soy (del cine e incluso de los prehistóricos videoclubs en contraposición a los nuevos formatos), parece un acto hipócrita. Pero es la consecuencia de un año surrealista. Un año de pandemia. Netflix fue el mal menor que estuvo tan presente en cada hogar. Y Hogar, la obra maestra que comentaré.
Hogar es la película predilecta para los y las amantes del thriller. Es aquella obra arquitectónica dentro de la cual cada ladrillo tiene sentido. Es aquella obra de teatro que te hace odiar de forma efervescente a algunos personajes y compadecerte de otros. No será, ni de lejos, la película más alternativa de esta lista… pero sí es uno de esos largometrajes frenéticos que te abducen hasta meterte de lleno en su escenario, hacerte partícipe de la narración y, en definitiva, hacerte sudar.
Además de entretener, Hogar enseña a no confiar en nadie por más amigable que parezca. Y a pesar de ser una ficción, es el reflejo de la vida: esa tortilla que con suma facilidad da la vuelta para hacerte pasar de la felicidad al dolor y del dolor a la felicidad. Y así sucesivamente.
Las interpretaciones me parecen bestiales. Javier Gutiérrez (que sale también en Campeones o La isla mínima) es el personaje cabrón de la obra de teatro que puse como ejemplo. Es creíble en todo momento. ¡Y qué decir de Mario Casas! Considero que sigue callando las bocas de quienes han llegado a subestimar su faceta actoral merced quien sabe si su imponente aspecto físico o su prematura presencia en películas más bien comerciales como A tres metros sobre el cielo.
Y me gustaría hacer mención especial a Bruna Cusí. La catalana es la Reina Midas del cine nacional: todo lo que toca lo convierte en oro. Incerta glòria, Estiu 1993, Hogar… incluso forma parte del elenco de La vampira de Barcelona -que aún no he podido ver pero, si mi compañera Jane Claudine ha optado por destacarla, por algo será-. Menudo currículum.
Hogar es una de esas películas que el peculiar público del Festival de Sitges no podría parar de aplaudir. Hogar es un chute de adrenalina. Su guion es un tanto rebuscado, pero precisamente eso le hace destacar en un género que ha contado ya tantas historias. Una película extravagante estrenada en un año extravagante. ¡Viva el thriller español!
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