gabriel
izcovich
un periodista que quiere cambiar el mundo
El docente y escritor nipón Akihiro Hasegawa define el término ikigai como aquello que te permite desear que llegue el futuro, incluso si te sientes mal en el presente. "Gai viene de la palabra kai (conchas en japonés, muy valiosas en tiempos ancestrales), y de allí se derivó ikigai como una palabra que significa valor en la vida", explica.
El ikigai es el propósito que nos marcamos durante y para nuestra vida. A veces se tarda más en encontrarlo, y a veces menos. Yo tengo la fortuna de haberlo hecho ya.
Mi ikigai es el de luchar por hacer del planeta Tierra un mundo mejor. Aportar lo máximo posible. Que ninguna de mis acciones sea banal. Y para ello, siempre intento ayudar a los seres humanos. Y a los animales. A la naturaleza.
Si cuando voy por la calle puedo ayudar a cualquier persona a subir el carrito de su bebé, lo haré. Por ella, y por mí mismo. Porque de esa manera, sentiré que he escrito un nuevo capítulo en mi ikigai.
Si encuentro un animal
herido, querré ayudarlo. Si hallo una maceta al lado de un contenedor de basura, me la llevaré a casa. Porque siempre llevo conmigo ese constante afán de saciar mi ikigai.
"La búsqueda del buen periodismo forma parte de mi ikigai"
Y en ese sentido, como periodista quiero contribuir a hacer de mi oficio un instrumento social fiable. Quiero ayudar a pulir sus males. Quiero ayudar a que su transición tecnológica sea óptima. Quiero ayudar al periodismo.
Me tomo el periodismo como un espacio donde se puede denunciar. O, mejor dicho, se debe denunciar. Y criticar. Y educar. Y hacer reflexionar. Y entretener. Y sacar sonrisas. Y enseñar a llorar sin que se sienta culpa en el intento.
Me tomo el periodismo como un
elemento crucial. El periodismo
forma parte de mi identidad. Y la
búsqueda del buen periodismo
forma parte de mi ikigai.